domingo, 28 de octubre de 2018

The Rodney Brooks (@rodneyabrooks) Rules for Predicting a Technology’s Commercial Success (via @exponentialview by @azeem)

Building electric cars and reusable rockets is fairly easy. Building a nuclear fusion reactor, flying cars, self-driving cars, or a Hyperloop system is very hard. What makes the difference? 
The answer, in a word, is experience. The difference between the possible and the practical can only be discovered by trying things out. Therefore, even though the physics suggests that a thing will work, if it has not even been demonstrated in the lab you can consider that thing to be a long way off. If it has been demonstrated in prototypes only, then it is still distant. If versions have been deployed at scale, and most of the necessary refinements are of an evolutionary character, then perhaps it may become available fairly soon. Even then, if no one wants to use the thing, it will languish in the warehouse, no matter how much enthusiasm there is among the technologists who developed it. 
Here I present a short list of technology projects that are now under way or at least under serious discussion. In each case I’ll point out features that tend to make a technology easy or hard to bring to market.
  • Not Much Needs to Change
  • Haven’t Been There, Haven’t Done That
  • Obstacles are closer than they appear
  • No Component Is Too Hard, but All Together They’re a Bear
  • Sometimes, the Possible Just Takes a Little Longer 
In pointing out the differences that make one technology harder than another, I am not preaching technological defeatism. I’m only suggesting that we properly gauge the difficulty of whatever we are told could be the next big thing. If the idea builds on practical experience, then guarded optimism is in order. If not, then not. Hope is a scarce thing; we shouldn’t squander it.

lunes, 1 de octubre de 2018

Resumen–comentario de "Tecnología vs Humanidad" (por @respla para @sintetia)

UPDATED: Nuevos comentarios de @respla ( https://www.sintetia.com/tecnologia-vs-humanidad-de-gerd-leonhard-con-o-contra-ii/ ) autor de la entrada que resumo a cotinuación.

2ª y última actualización para aportar el cierre de las consideraciones de @respla sobre el libro "Tecnología vs Humanidad" de Gerd Leonhard.

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Así queda la reseña del libro en las ideas generales –abreviadas en esta entrada–, y enlaces a la segunda y  tercera parte, destinadas a comentar los aspectos más debatibles la 2ª mientras que la 3ª revisa alguna de las ideas propuestas para "minimizar los riesgos del momento de explosión tecnológica en el que vivimos."


Tecnología vs Humanidad de Gerd Leonhard: ¿con o contra? – @Sintetia otra interesante entrada que no os debéis perder en su totalidad…

Extractos a continuación (con énfasis míos):
…nos encontramos en un punto de inflexión para la humanidad. Un momento crítico creado por los cambios tecnológicos acelerados que vivimos, y sobre todo en lo relativo a lo digital.

…define tres características comunes que tienen este tipo de tecnologías transformadoras:
1.- Exponencial: Los avances tecnológicos siguen curvas parecidas a las de la Ley de Moore. Esto genera un reto cognitivo enorme a los seres humanos ya que nosotros seguimos formas lineales de aprendizaje.
2.- Combinatorio: Las tecnologías se están combinando y convergiendo entre sí para conseguir avances aún más rápidos.
3.- Recurrente: Hay tecnologías que aprenden por sí mismas y que cada vez necesitan menos de humanos para su mejora. 
A su vez, Leonhard describe los 10 megacambios tecnológicos que estamos viviendo en la actualidad, cambios fruto de la convergencia entre tecnologías exponenciales que se están desarrollando simultáneamente: 
  1. Digitalización: Todo lo que pueda ser digitalizado, será digitalizado  
  2. Movilización: Sin cables, móvil y siempre conectado. Esto nos lleva también a que todo se graba.
  3. Pantallización: Revolución de los interfaces.
  4. Desintermediación: Capitalismo de plataformas.
  5. Transformación: La verdad detrás del término ya vacuo de “transformación digital”.
  6. Inteligización: Las cosas se están volviendo inteligentes.
  7. Automatización: Cuando las cosas son inteligentes, luego se automatiza.
  8. Virtualización: Crear una versión digital de todas las cosas.
  9. Anticipación: Las máquinas nos ayudarán a predecir como nunca antes
  10. Robotización: La materialización de todo esto

Leonhard considera que hay cinco etapas en el proceso por el cual vamos cediendo protagonismo a las máquinas, primero en las acciones y luego en las decisiones. Estas cinco etapas son: 

  1. Automatización: Exponencial e inevitable. Pero, ¿debería esta eficiencia realmente prevalecer sobre la humanidad? ¿Deberíamos automatizar las cosas por el simple hecho de que podamos hacerlo?   
  2. Asentimiento: La aceptación de sistemas que nos sustituyen en determinadas acciones porque nos lo hacen fácil y cómodo. Por ejemplo, utilizar sistemas que escriben mensajes por nosotros. 
  3. Abdicación: Renunciamos a hacer cosas que eran de nuestra responsabilidad y las delegamos en máquinas. Confiamos ciegamente en las recomendaciones de las máquinas. 
  4. Agravio: Discriminamos a los seres humanos frente a las máquinas o frente a seres humanos “aumentados”. 
  5. Abominación: El momento de la despersonalización total en el que ya no vemos otras personas sino que vemos números, recomendaciones y evaluaciones dadas por máquinas. 

Por supuesto que el autor se sitúa en el campo humanista y sus propuestas en este ámbito son la parte central del libro. De esta manera, Leonhard advierte de sustituir lo que nos hace humanos, los “androritmos”, por algoritmos lo cual pone en peligro nuestra humanidad. 
En esta línea sugiere reforzar el CORE (creatividad/compasión, originalidad, reciprocidad/responsabilidad y empatía) frente al empuje de las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Estos androritmos entroncan también con la ética, algo que en principio no sabemos si las máquinas podrán desarrollar algún día. 

Creo que la reflexión más importante del libro se sitúa alrededor de la felicidad. Aporta una afirmación muy interesante: el objetivo principal del progreso tecnológico debería ser la búsqueda de la máxima felicidad humana. Este gran objetivo trae consigo la gran pregunta: qué es la felicidad. 
Se suele hablar de dos tipos de felicidad, la hedonista y la eu̯dai̯monía. La primera es la del ahora y la de los placeres. La segunda tiene más que ver con la prosperidad. 

El psicólogo Martin Seligman utiliza el modelo PERMA para hablar de la verdadera felicidad que no viene sólo de placeres externos y momentáneos: 

  • Pleasure (placer): comida sabrosa, baños calientes. 
  • Engagement (compromiso): Participar en actividades desafiantes. 
  • Relationships (relaciones): los vínculos sociales han mostrado ser un indicador extremadamente confiable de la felicidad. 
  • Meaning (sentido): una búsqueda percibida de pertenencia a algo más grande que nosotros mismos. 
  • Accomplishments (logros): haber alcanzado metas tangibles.
Corremos un riesgo importante de que la tecnología evolucione tanto como para simular toda estas fuentes de felicidad hasta tal punto que no podamos distinguirlas de la realidad.  

El autor acaba el libro con algunas predicciones que dibujan un mundo distópico y que parecen realizables viendo el estado actual de la tecnología y su posible evolución, así como con la recomendación de la formación de un Consejo Global para la Ética Digital (CGED) con la tarea de definir cuáles serían las reglas base y los valores más primordiales y universales que una sociedad tan radicalmente diferente y digitalizada debería tener. 

Para apoyar este CGED y comenzar un debate sobre el tema de la ética digital, el autor habla de un futuro manifiesto que impulsara su creación, para el que propone cinco derechos fundamentales: 

  1. El derecho a seguir siendo naturales, esto es, biológicos.
  2. El derecho a ser ineficientes si esto define, o cuando defina, nuestra humanidad básica. 
  3. El derecho a desconectarnos. 
  4. El derecho a ser anónimos. 
  5. El derecho a emplear o involucrar a personas en lugar de máquinas.