Y, ¿qué hacen los niños educados cuando les entregan un regalo?
Lo primero, agradecerlo. ¿Realmente nos sentimos agradecidos por estar vivos? ¿Damos gracias cada día? ¿Sentimos la alegría de existir?
Segundo, desenvolverlo con cuidado para no estropearlo. ¿Te has parado a mirar cómo es realmente tu vida? ¿Qué contiene? ¿Que talento y qué entorno te ha sido dado? ¿Te conoces? ¿Te has asomado a tu interior?
Tercero, usarlo… Jugar con él. ¿Estamos aprovechando nuestra vida, nuestras capacidades, nuestras oportunidades? ¿O la hemos arrinconado y olvidado en un cajón?
Por último, hay algo mejor que jugar con el regalo que se nos ha hecho… Compartirlo, jugar acompañados… ¿Hemos puesto a disposición de los demás nuestra existencia?
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