A principio de octubre
@LucaLazzarini impartió la conferencia titulada "Razones para el optimismo" organizada por
Banco Mediolanum, creo yo que con el ánimo de subir la moral a clientes y clientes potenciales.
Básicamente, la conferencia partía del siguiente punto: el crecimiento de la población mundial siempre se ha combinado con el crecimiento del PIB mundial. De este modo a lo largo de los 100 ó 150 años considerados la gráfica es ascendente para ambos datos, con algunos desplomes del PIB puntuales –por las diferentes crisis habidas en ese tiempo– que se han recuperado y han dado paso a la continuación del crecimiento.
El hecho de que ahora estemos ¿estancados? en cuanto a ese crecimiento planteaba al ponente 3 alternativas: bajar, mantenernos, y recuperar el crecimiento. Al menos en cuanto al PIB, ya que la población se prevé que siga creciendo (entre otras razones por el aumento de la esperanza de vida).
Descartado el seguir bajando "porque volveríamos al trueque" y descartado el estancarnos "porque si las acciones de una empresa valen hoy X, no van a seguir costando X dentro de 10 años", lo lógico sería subir, retornar al crecimiento. Ese retorno al crecimiento se basa en las nuevas tecnologías: dispositivos móviles, técnicas de construcción más rápidas, fuentes de energía renovables … el cambio, la innovación, el pensamiento lateral (diferente) como motor del crecimiento.
Desde que lo escuché me quedé con las ganas de escribir un post con mi opinión que viene a ser que puede que no sea así. Puede que no vayamos para arriba. Puede que tengamos que volver al trueque. Puede que nos quedemos estancados. Puede que, simplemente, el modelo se haya agotado. Puede que haya que replantearse las cosas desde el punto de vista de un crecimiento más sostenible; y el crecimiento que se ha venido dando durante los últimos 150 años …simplemente puede no seguir dándose.
Lo cierto es que, si bien es verdad que las nuevas tecnologías dan lugar a muy nuevas técnicas, cuanto tiempo ha de pasar para garantizar su efectividad. Duraron más las catedrales construidas durante décadas que edificios levantados de la nada en cortos espacios de tiempo. Sí, esas técnicas constructivas hacen posible el crecimiento metropolitano mucho más veloz; si New York tardó 100 años en "construirse", metrópolis en los los países emergentes orientales se han levantado en medida equivalente a la gran manzana en 20 ó 30 años.
Así que las grandes metrópolis crecen rápido, a ellas se traslada la población y el crecimiento del PIB se incrementa. El medio rural se despobla y los avances tecnológicos se producen en respuesta a nuevas retos derivados de las propias nuevas tecnologías. Hmmm … no se si me explico. La cuestión es si necesitamos ese crecimiento mas veloz, que más bien parece una huida hacia delante, un correr cada vez más, para no llegar a ninguna parte –el mundo sigue siendo demasiado desigual–. ¿Sólo para hacer el camino más velozmente?
O cabe plantearse ¿y si la población deja de crecer? Guerras, hambrunas, epidemias, desastres naturales, etcétera. ¿Entonces no crecería el PIB? ¿Tiene sentido alargar la vida, incrementar la esperanza de vida, cuando de este modo encarecemos el mantenimiento de los mayores a costa del estado o las aseguradoras privadas? ¿No es este un sistema artificial? Cómo decía un amigo … ¿no creamos problemas para soluciones que hemos encontrado?
¿Tan raro sería que consideráramos cuánto podemos producir en determinada área geográfica y cuánto nos cuesta en dicha área mantener una infraestructura y unas necesidades básicas y a partir de ahí reconsideráramos en qué es prioritario gastar y en qué no? Una economía que crezca despacio, basada en la situación real de las empresas, parece por definición más sostenible que una economía en crecimiento desbocado en base a un crédito desatado (en todos los sentidos, no sólo al consumo, sino al país, al sistema en el que nos hemos movido los últimos 40 ó 50 años).
En definitiva, como tardo tanto en escribir mis entradas, líderes de opinión más reputados que yo vinieron a reforzar (y no tengo los enlaces) la que era mi conclusión: no estamos ante una crisis, sino ante un cambio ¿"sistémico"? ¿de paradigma? … ¡vaya!! que es posible que no haya más de lo que estamos habituados a ver y que consideramos lo único posible en materia de sistema económico. En definitiva, ante la caída del comunismo, el capitalismo (de amigotes, en particular) no parece la mejor solución tampoco.
Un nuevo capitalismo, mejorado, que probablemente acabe llamándose de otra manera … no soy yo quién para decir cómo exactamente, pero creo que la idea es entendible. Y realizable si todos miramos más allá de nuestro ombligo, de un modo más holístico (me encanta poder usar esta palabra).
Frente a la globalización, que trae centralización de la producción (aunque centraliza lejos del diseño) y trae, por economías de escala y fusiones y adquisiciones, oligopolios o, peor todavía, monopolios … ya hay corrientes que abogan por desglobalizar, localizar (frente a lo que se llamó "deslocalizar", volver a la producción en el punto de diseño) y crear más pequeñas empresas (una economía más repartida).
A mi no me parece un mal cambio … así que a lo mejor sí hay razones para el optimismo, pero no las que podría parecer.
Felices fiestas.
25/12/2012
UPDATE
¿Hay sitio y posibilidades para el crecimiento permanente?
Project Syndicate
"… Gordon’s point is not that growth will decelerate in the future, but rather that underlying productivity growth moved to a sharply lower trajectory around the year 2000. We lived the better part of the subsequent decade with a misguided sense of extended prosperity and inflated a financial bubble. Worse, we are treating the present as if the bubbly growth from 2000 to 2007 will return.
CommentsView/Create comment on this paragraphConsider the International Monetary Fund’s regular projections of world growth. In April 2010, about 18 months after the Lehman Brothers meltdown, the crisis seemed over. The forecast was for world GDP to grow at about 4.5% annually until 2015, which is slightly higher than the pace during the pre-crisis decade, while the average annual inflation rate was projected to be lower, at 2.9%. The future looked bright.
…
There is no magical path to higher productivity growth. Even if Gordon’s pessimism is excessive, the timing of the next breakthrough in technology is impossible to predict. So-called “structural” reforms may help, but the likely gains are small and uncertain. It may simply be time to learn how to live with less."