El miedo español, un freno
"Las feromonas de la política española prueban que el 15 M se ha convertido en un potencial enemigo. Los dos ámbitos de representación popular se desprecian, el que salió de las urnas porque no sabe si está ante un tsunumi, los de la pacífica acampada presienten que solo pueden pactar algunas de sus muchas ideas incorporándolas al partido que quiera hacerlo. El 15 M no es de derechas ni de izquierdas, no votó ni a un lado ni a otro sino que no votó.
En la situación económica actual, el trabajador debe preguntarse: ¿Aleja la posibilidad de que yo pierda mi trabajo el que reduzca gastos aparentemente, superfluos, por ejemplo ir al bar por semana en vez de tres, comer fuera de cada tres veces menos, ver el cine en el televisor, etc…? Si muchos hacemos lo mismo, el bar o el restaurante despide a empleados que le sobran por culpa nuestra. Pero esos despedidos dejan de comprar lo que produce nuestra empresa y la de otros muchos negocios, y nos llega el momento de no hacer falta ante la pérdida de actividad de nuestra empresa. Y ya ha conseguido nuestro miedo a perder el puesto de trabajo, adelantar el momento en que te toque a tí.
Afortunadamente algo está cambiando pero la mayoría de los adultos no se han dado cuenta de que los jóvenes han abandonado, en muchos casos, el botellón y el porro, para reconstruir un mundo mejor y más justo. Me solidarizo con ellos junto a otro de mi generación, José Luis Sampedro, y les incitamos a no dejarse infiltrar, no abandonar la actual rebelión ordenada. El miedo de la clase política tradicional es que Internet, cada vez más, es la ruina de los intermediarios. No podrán conseguir de golpe todo lo que quieren, por sensato que sea. Llevará tiempo pero a la valentía hay que sumar la perseverancia y avanzar un paso tras otro. El salchichón se come en rodajas finas."
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